Unos cultos que serán recordados

Y llegó uno de los momentos más importantes para esta hermandad, para sus hermanos y para todos los que comparten el peso de la cruz de Nuestro Señor, de Nuestro Padre Jesús. 

Cuando llegan estas fechas, inmersos en la Cuaresma, nos sorprende la estampa de Padre Jesús en ese altar efímero, situado en parte más noble de nuestra parroquia. Una vez más, esa mano preciosista, sutil, minuciosa, vuelve a provocarnos un escalofrío que recorre nuestro cuerpo, porque Padre Jesús sigue pellizcándonos el corazón cada vez que nos acercamos a él.

Este homenaje anual no es más que una forma de recordar su Palabra, de mantenernos cerca de Él, de revitalizar un compromiso que sufre vaivenes que no son más que las incertidumbres de nuestras vidas. Estos cultos refuerzan, afianzan y proyectan su Mensaje sin olvidar la parte más "festiva" de nuestra dimensión como personas. Creemos en Él, aspiramos, en un constante esfuerzo, a seguir sus Enseñanzas y queremos hacerle partícipe con esta  celebración, con su carga espiritual pero también con ese componente material, de nuestra alianza con lo que su figura representa, con ese concepto de vida que nos transmite a través de su sufrimiento y de su triunfo.

Aquí os dejamos algunas fotografías de esta celebración: