Y llegó el momento en el que los vínculos entre hermandad, compromiso y sentimiento se materializan en un acto sencillo pero cargado de emotividad. Llegó el momento de rememorar la Pasión de Nuestro Señor. Apenas unos minutos para abarcar toda nuestra dimensión cristiana. Un instante en el que nuestra alianza, nuestro compromiso con Jesús, con este Nazareno al que en silencio, a hombros de una juventud hermana es trasladado hacía el triunfo de su Cruz, es de nuevo renovada y consolidada.
El Vía Crucis vuelve a ser un acto de especial protagonismo en la celebración de la Pasión de Cristo en nuestro pueblo. Silencio, recogimiento, emotividad, unos sentimientos contenidos que describen lo que fue el traslado de la Imagen de Nuestro Padre Jesús desde su altar hasta el paso en el que recorrerá las calles de nuestro pueblo. La profunda voz masculina, la dulce voz femenina y el acompañamiento, absolutamente admirable y conmovedor del Dúo Grandjany de Trompa y Arpa, magnificaron y solemnizaron este acto.
La Hermandad quiere hacer extensible su agradecimiento a todos los participantes y animarlos a que nos acompañen en nuestra Estación de Penitencia.
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